Un grupo de manifestantes exhibe una pancarta con una caricatura del presidente francés, Nicolas Sarkozy, ayer en París. Foto: PHILIPPE WOJAZER/REUTERS

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EFE-PARÍS

La jornada de paro convocada por todos los sindicatos de los funcionarios, sobre todo para exigir subidas salariales, se solapó ayer con el séptimo día de huelga en los transportes, que el Gobierno se esforzó en discriminar para mostrar una actitud abierta hacia los primeros y firmeza a los segundos.

Unos y otros coincidieron en las manifestaciones que en todo el país reunieron entre 375.000 personas -según la policía- y cerca de 700.000 -según los sindicatos-. El Gobierno estimó el seguimiento del paro de los funcionarios en un 30,12% en la Administración del Estado, una cifra que calificó de «media», y que superó en diez puntos la anterior de febrero.

El de ayer afectó en particular a la enseñanza, donde el porcentaje de huelguistas variaba entre el 65 y el 58% para los sindicatos, cifras que el Ejecutivo rebajó al 40%. El paro también causó problemas por ejemplo en la aviación, y así en los aeropuertos de París a media tarde se acumulaban retrasos de entre 45 y 60 minutos en los vuelos por la protesta de algunos controladores aéreos, lo que obligó incluso a anular conexiones con destino a Barcelona, Madrid, Casablanca o Niza.

Compensación

La movilización de los funcionarios pretendía reclamar en primer lugar una compensación por la pérdida de poder adquisitivo que los sindicatos estiman en un 6% desde 2000, mientras el Gobierno niega la caída de las remuneraciones en términos reales.

También denunciaban la supresión de 22.921 puestos de funcionarios en 2008 (hay 5,2 millones en total), de los cuales la mitad en la Educación, primer paso en la aplicación del plan del presidente, Nicolas Sarkozy, que intervino públicamente por primera vez en el conflicto del transporte público para manifestar su «determinación» y subrayar que «se hará» la reforma de los regímenes especiales de pensiones, aunque al mismo tiempo declaró que «hasta el final» estará «abierto porque es mi deber».

Sarkozy lanzó un mensaje a las centrales que han seguido haciendo llamamientos para continuar con una movilización que causa serios problemas en los desplazamientos a millones de personas y que le cuesta a la economía del país de 300 a 400 millones de euros al día. «Hay que saber terminar una huelga cuando se abre el tiempo de la discusión», señaló en alusión a la negociación que debe iniciarse hoy en las empresas del ferrocarril SNCF y en la del transporte metropolitano de París.

Funcionarios, maquinistas y estudiantes, movilizados contra la reforma de la ley universitaria, decidieron ayer unir fuerzas en una marcha conjunta en la capital francesa. Recordando el célebre lema 'Todos Juntos', que ya tumbase la reforma impulsada en 1995 por el primer ministro Alain Juppé, todas las partes recorrieron las calles de París. De esta forma, y según informaciones del periódico 'Le Monde' , miles de congregados, la mayoría de ellos profesores, se sumaron a una marcha encabezada por una pancarta en la cual se podía leer 'Juntos por los salarios, el empleo y los servicios públicos'.