Numerosos parisinos esperan la llegada de un autobús frente a la Gare du Nord. Foto: FRANÇOIS MORI/AP

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EFE-PARÍS

Los sindicatos convocantes de la huelga de trenes en Francia y del transporte urbano en París contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones seguirán hoy el paro, pero aceptan ponerse a negociar en presencia del Gobierno, lo que preludia que unos y otros preparan el fin del conflicto.

La Confederación General del Trabajo, motor de esta huelga iniciada entre el martes por la noche y ayer con carácter indefinido y que es una pesadilla para los usuarios, justificó continuar con la protesta «en tanto que no haya elementos nuevos», en palabras de su secretario general, Bernard Thibault.

Pero al mismo tiempo, Thibault abrió la puerta a una negociación a tres bandas, entre sindicatos, Gobierno y empresas, «para abordar el conjunto de los puntos» de la reforma sobre la que el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, debía presentar ayer mismo una propuesta para fijar el marco del proceso, por encargo del presidente, Nicolas Sarkozy.

Opinión pública

La CGT, como los demás sindicatos convocantes, era consciente de que tenían en contra a la opinión pública, y había buscado una salida aceptando negociar en cada empresa -lo que en la práctica significa aceptar el principio de la reforma- aunque con la condición de que el Gobierno esté presente.

El primer ministro, Francois Fillon, subrayó que el mecanismo trilateral que se va a poner en marcha es para «acabar con una huelga que no es útil, no dará resultados para nadie y perjudica a millones de franceses». Fillon insistió en que los «tres pilares» de la reforma son «innegociables», empezando por el aumento del periodo de cotización que da derecho a una pensión completa en los regímenes especiales de los 37,5 años actualmente a 40 años, para equipararse con los funcionarios y los trabajadores del sector privado. Los otros dos puntos considerados inamovibles son que las pensiones de los regímenes especiales evolucionarán al ritmo de la inflación como en el sistema general, y no al ritmo de los salarios de los empleados, y que habrá penalizaciones para los que se jubilen antes de la edad prevista o sin haber completado el periodo de cotización.