Putin saluda, en presencia de Condoleezza Rice, al ministro de Defensa de EEUU, Robert Gates. Foto: EFE

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EFE-MOSCÚ Rusia y Estados Unidos no lograron ayer superar sus discrepancias respecto al escudo antimisil estadounidense, el eventual despliegue por Rusia de cohetes de corto y medio alcance y el problema nuclear iraní.

«EEUU presentó su propuesta sobre el escudo antimisil, orientada a buscar soluciones comunes», dijo el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, tras la reunión que mantuvo ayer con su colega estadounidense, Condoleezza Rice, y los titulares de Defensa de Rusia, Anatoli Serdiukov, y de EEUU, Robert Gates.

Lavrov precisó que las autoridades rusas «estudiarán» la propuesta norteamericana, de la que no dio detalles. Sin embargo, la propuesta no parece satisfacer a Moscú, que no dudó en hacérselo saber a Washington.

«Por el momento se mantienen las discrepancias respecto a los planes de EEUU de emplazar en Europa elementos de su sistema antimisil», dijo Lavrov.
También Rice admitió que «no se ha conseguido acuerdo respecto a la defensa antimisiles».
El carácter de la propuesta se perfila, sin embargo, como posibles medidas de control por parte de Rusia de las instalaciones que EEUU está decidido a desplegar, pese a la oposición de Moscú, en Polonia y la República Checa.

«Más bien queríamos responder a las preguntas que suscitan la preocupación de Rusia. Confío que nuestras nuevas ideas retiren al menos parte de ellas», dijo Rice.

Ahora, opinó, «ha llegado el momento de los expertos», quienes, según comunicó Lavrov, continuarán los contactos.
Sin embargo, para Rusia no se trata del control, sino del despliegue de las armas antimisiles mismas junto a sus fronteras. «No podemos aceptar los elementos de la defensa antimisil que se prevé desplegar en Europa y que contienen un serio potencial antirruso», declaró Serdiukov.

Su colega, Robert Gates, entre tanto, admitió que «aunque en un futuro cercano las instalaciones que se prevé desplegar en Polonia y la República Checa no representarán una amenaza para Rusia, en el transcurso de cierto tiempo sí podrían pasar a serlo».

«Por eso, estamos dispuestos a elaborar medidas conjuntas y convencer a la parte rusa de que eso no ocurrirá», explicó. La opción rusa, según Lavrov, consiste en «congelar el despliegue en Europa del tercer bloque de la defensa antimisil mientras prosigan las negociaciones».

Advirtió que Rusia adoptará las medidas pertinentes para contrarrestar esa eventual amenaza. «Preferiríamos evitar semejante desarrollo» de los acontecimientos, dijo en tono amenazador el ministro, en alusión al eventual abandono por Rusia del Tratado de Moscú de 1987, según el cual ambos países destruyeron sus cohetes de corto y medio alcance y renunciaron a semejantes armas.