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EFE-JERUSALÉN La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, apoyó ayer de forma implícita la decisión de Israel de considerar Gaza como un territorio enemigo controlado por una «organización terrorista», Hamás. «También para nosotros Hamás es una entidad hostil», señaló Rice, quien precisó, no obstante, que su país «no abandonará a los palestinos inocentes» ante las consecuencias de la decisión israelí, que conlleva el corte de electricidad y combustible a la franja.

Rice hizo estas declaraciones en una rueda de prensa con su homóloga israelí, Tzipi Livni, tras la reunión que mantuvieron en la sede del ministerio israelí de Exteriores en Jerusalén poco después de que se conociera la determinación del Gobierno del Estado Judío.

Consciente de las implicaciones de las medidas israelíes para el millón y medio de habitantes de la paupérrima franja, Rice se esforzó en subrayar que Israel y EEUU comparten «la opinión de que hay que hacer todos los esfuerzos para cubrir las necesidades» de la población de ese territorio palestino.

Ambos países también están de acuerdo en que Gaza «no debe estar separada» de Cisjordania -sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) del presidente Mahmud Abás-, pues ambas deben integrar el futuro estado palestino, agregó con semblante serio Rice, mientras Livni asentía con la cabeza.

La titular israelí de Exteriores justificó la medida sobre Gaza como una «respuesta a los ataques diarios» desde la franja contra el Estado judío, en referencia al lanzamiento de cohetes artesanales por milicianos palestinos.

Esta decisión «no va a afectar a las necesidades de Gaza» y se enmarca en la diferenciación que hace Israel entre palestinos «moderados», en alusión a la ANP, y los «terroristas» de Hamás, precisó Livni.

El anuncio israelí ha desplazado el foco de atención sobre el objetivo inicial de la visita de Rice, que era preparar la conferencia de paz para Oriente Próximo convocada para noviembre por la Casa Blanca.

Rice contribuyó en parte a ello, al pasar por alto en la rueda de prensa el principal desacuerdo entre israelíes y palestinos: cuál debe ser el fruto de esa cita. Abás quiere salir de la conferencia con un calendario preciso de aplicación de un acuerdo, mientras que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, considera suficiente una simple «declaración conjunta».

Livni precisó al respecto que «lo importante es encontrar el modo más sabio e inteligente» de reducir las diferencias entre las partes y «encontrar un terreno común» antes de discutir los temas «sensibles», es decir, las fronteras del futuro Estado palestino, la suerte de los refugiados y el estatus de Jerusalén.