Unas 3.000 personas se congregaron para celebrar una ceremonia de conmemoración de las víctimas. Foto: REUTERS

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EFE-MOSCÚ Los rusos recuerdan con ceremonias y mítines luctuosos a las víctimas de la masacre en la escuela número 1 de la ciudad noroeste de Beslán, donde ayer hace tres años que un comando terrorista chechén secuestró a sangre y fuego a cerca de 1.200 personas, niños en su mayoría.

«Se han sacado lecciones de la tragedia de Beslán y del ataque guerrillero a (la ciudad ingush de) Nazrán en 2004», dijo Dimitri Kozak, representante del presidente, Vladímir Putin, para el distrito federal Sur, tras depositar una ofrenda floral en el memorial de Beslán, según la agencia Interfax, Kozak destacó que si en todo el mundo el número de ataques terroristas ha aumentado en un 50 por ciento, en el sur de Rusia ha disminuido en un 40 por ciento gracias a la creación de nuevas estructuras organizativas en los cuerpos de seguridad.

Difícilmente esas estadísticas oficiales pueden servir de consuelo a los familiares y amigos de las 334 víctimas mortales, 186 de ellas niños, que causó la masacre, y que hasta el día de ayer reclaman conocer toda la verdad sobre cómo se produjo el baño de sangre.

La fiesta «Día del Saber», como se denomina en Rusia la jornada de inicio del año escolar, el 1 de septiembre del 2004 se convirtió en una pesadilla en Beslán cuando la escuela número 1 fue tomada por un comando chechén. Los terroristas, 32 según la versión oficial, se atrincheraron en el establecimiento escolar con sus rehenes como escudos humanos y presentaron sus condiciones: el fin de la guerra de Chechenia y el reconocimiento de la independencia de esa república norcaucásica. A las 13.05 hora local del 3 de septiembre, 52 horas después del comienzo del secuestro, una explosión -posiblemente fortuita, según la investigación oficial- en el gimnasio donde los terroristas retenían a sus cautivos desencadenó la masacre. Algunos familiares de las víctimas y testigos aseguran que esa explosión fue producto de un disparo de cañón de uno de los carros de combate que cercaban la escuela, mientras otros sostienen que las fuerzas de seguridad emplearon lanzallamas.

El único terrorista superviviente del comando chechén que perpetró la matanza, Nurpashá Kuláyev, fue juzgado y condenado en mayo de 2006 a cadena perpetua. En una reunión ayer con madres que perdieron a sus hijos en Beslán, el presidente de la Duma o Cámara de Diputados de Rusia, Boris Grizlov, señaló que los peritajes ordenados por la investigación concluirán en enero de 2008. Actos en memoria de las víctimas comenzaron ayer en toda la república de Osetia del Norte, vecina de Chechenia, en medio de extraordinarias medidas de seguridad.

La ceremonia principal será celebrada el próximo lunes a las 13.05 hora local-hora en que se produjo la primera explosión- en la ruinas de la escuela, donde se guardará un minuto de silencio y serán soltados al cielo 334 globos blancos, uno por cada una de las víctimas.