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EFE-NUEVA DELHI Las autoridades de Bangladesh impusieron ayer el toque de queda en la capital y otras zonas del país para contener la revuelta estudiantil que comenzó hace tres días, en el primer desafío al Gobierno desde que se declaró el estado de excepción en enero pasado.

Una persona ha muerto y hasta 280 han resultado heridas en una ola de violentas protestas que comenzó el lunes en la Universidad de Dacca y se ha extendido a otras ciudades universitarias del país como Rajshahi (noroeste) o Chittagong (sudeste) sin que las fuerzas antidisturbios hayan logrado contenerla.

Los estudiantes, secundados ahora por sus profesores y por otros ciudadanos, exigieron hoy abiertamente la restitución de las libertades suspendidas en enero y el fin del estado de excepción, mientras se enfrentaban con furia a las fuerzas del orden.

La respuesta del Gobierno, que celebró una reunión de emergencia en la oficina del primer ministro provisional, Fakhruddin Ahmed, fue imponer un toque de queda indefinido que entrará en vigor a las 20.00 horas locales (14.00 GMT) en Dacca y otras cinco comandancias militares.

El Ejecutivo decidió también el cierre de todas las universidades del país y ordenó a los estudiantes que evacúen las residencias para las 20.00 horas, según la nota oficial difundida por la agencia bangladeshí UNB.

La medida pretende «mantener la paz pública y proteger la vida y propiedad» de los ciudadanos, precisa el comunicado hecho público tras la reunión, en la que participó también el jefe del Ejército, el general Moeen U. Ahmed.

Poco antes, el Ejecutivo ya había anunciado que tomaría medidas «severas» si continuaban los «actos anárquicos» en el país.