TW
0
AFP-TRIPOLI El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, llegó el miércoles a Trípoli para normalizar las relaciones con Libia, y el primer resultado fue la firma de un acuerdo de cooperación en materia de energía nuclear, que implicará la entrega de un reactor al país norteafricano.

Sarkozy presentó su viaje de menos de 24 horas como «un desplazamiento político para ayudar a Libia a reintegrarse en el concierto de las naciones». Poco después de su llegada, los ministros de Relaciones Exteriores francés, Bernard Kouchner, y libio, Abderrahman Chalgham, firmaron un «memorándum de acuerdo sobre la cooperación en el ámbito de las aplicaciones nucleares civiles».

El presidente francés fue recibido por el líder libio, Muamar Kadafi, en el palacio presidencial de Bab Azizia, donde se firmaron los acuerdos de cooperación. El reactor nuclear servirá para que Libia pueda desalinizar el agua de mar, anunció el secretario general de la presidencia francesa, Claude Guéant, a la prensa.

El secretario destacó que el acuerdo es sólo un «objetivo», ya que «aún hay mucho trabajo que hacer» para «estudiar la viabilidad» del proyecto.
Sarkozy se involucró personalmente en el difícil caso de los detenidos búlgaros y envió en dos oportunidades a Trípoli, en dos semanas, a su esposa Cecilia y a su principal colaborador en la presidencia, Claude Guéant, para acelerar la liberación del personal médico búlgaro, acusado por los libios de haber inoculado el virus del sida a cientos de niños.

La visita del presidente francés simboliza la normalización de las relaciones entre Trípoli y la Unión Europea, y sella el regreso de Libia a la escena internacional, iniciado hace algunos años.

Libia estuvo durante mucho tiempo aislada de la comunidad internacional, acusada de apoyar al terrorismo y de ser responsable de atentados contra un avión norteamericano de Pan American que dejó 270 muertos en Lockerbie (Escocia) en 1988, y contra un avión francés de UTA en Teneré (Níger), que dejó 170 muertos en 1989.