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El canciller venezolano, Nicolás Maduro, calificó ayer en Caracas la visita del juez español Baltasar Garzón de «triste y cobarde» y señaló que ha dejado «un sabor amargo» a los venezolanos. Para Maduro, quien salía de reunirse con el canciller de Kenia, Raphael Tuju, Garzón se encuentra «desfigurado» y está «más cerca de la visión de Aznar y de Bush que de otra cosa».

Baltasar Garzón, juez de la Audiencia Nacional española, participó en Caracas en una conferencia invitado por la Conindustria, la patronal industrial venezolana. Por su parte, el vicepresidente venezolano, Jorge Rodríguez, llamó «payaso» a Garzón y criticó que desde el exterior vengan a dar lecciones de democracia quienes son pagados «para decir lo que quiere oír la oligarquía venezolana».

El miércoles, ante las preguntas de los periodistas sobre el caso de Radio Caracas Televisión (RCTV), el juez español dijo que «cerrar un medio de comunicación no es el mejor sistema para garantizar la libertad de expresión». RCTV salió del aire el pasado 28 de mayo tras la decisión del Gobierno de no renovarle la licencia de uso de una frecuencia estatal.

La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia venezolano (TSJ), Luisa Estela Morales, también criticó las palabras del juez español, pues «expresó conceptos realmente denigrantes contra el Poder Judicial venezolano». A juicio de la presidenta del TSJ, Garzón «vino como un mercenario a parcializarse con una posición que no le estaba dada».

«Venezuela no acepta, y su Poder Judicial menos, un neocolonialismo que venga a usurpar lo que es la competencia y la jurisdicción de nuestro país», agregó la magistrada del máximo organismo judicial venezolano.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, declinó hacer comentarios sobre las declaraciones del juez español durante la inauguración ayer de un viaducto de 900 metros de longitud que normalizará las comunicaciones entre la capital venezolana y el aeropuerto internacional de Maiquetía, el principal del país. También solucionará los problemas de salida de mercancías del puerto de La Guaira, el segundo en recepción de tonelaje, y de enlace entre el litoral central venezolano con Caracas y el resto del país. Chávez sólo realizó comentarios sobre la obra que acababa de inaugurar.