La tensión en Ucrania se disparó ayer en Kiev cuando varios miles de soldados y reservistas fueron movilizados para «garantizar el orden público» en la capital, en medio del enfrentamiento abierto del presidente con el Gobierno y el Parlamento. «El pueblo ucraniano puede estar seguro de que las tropas de Interior actuarán en el marco de la ley y no caerán en las provocaciones», aseguró el general Alexandr Kijtenko, comandante en jefe de las tropas de Interior, citado por la agencia UNIAN.
La líder de la oposición, Yulia Timoshenko, afirmó que en la reunión se abordó la fecha de las elecciones parlamentarias anticipadas, lo único que, según los analistas, permitiría encontrar una salida negociada a la actual crisis. Tanto la Rada Suprema (Legislativo), leal al primer ministro, como la formación que lidera Yúschenko, Regiones de Ucrania, están a la espera de los resultados de la nueva reunión para decidir los pasos a seguir.
Kijtenko confirmaba así su lealtad al presidente, que tomó ayer el mando directo sobre las tropas de Interior, y desoyó las órdenes del ministro del Interior, Vasili Tshushkó, que se negó a acatar el decreto presidencial.
La jefe de la prensa de la comandancia de las tropas de Interior, Svetlana Pavlóskaya, agregó que los reservistas procedían de la región oriental hullera de Donetsk, plaza fuerte del primer ministro.
«Es una práctica habitual movilizar a los reservistas para garantizar el orden público», dijo. Yúschenko ordenó el viernes a Kijtenko que garantizara la seguridad de los edificios públicos después de que el fiscal general, Sviastoslav Piskún, se rebelará el jueves contra su destitución y se atrincherara en la sede de la Fiscalía General en Kiev.
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