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EFE-WASHINGTON
El presidente de EEUU, George W. Bush, advirtió ayer de un recrudecimiento de la violencia este verano en Irak, cuando el Congreso se dispone a votar la asignación de 120.000 millones de dólares para financiar, hasta septiembre, las campañas militares en ese país y en Afganistán.

«Esperamos fuertes enfrentamientos en las próximas semanas o meses, y bajas tanto estadounidenses como iraquíes», advirtió Bush en una rueda de prensa en la Casa Blanca, horas antes de que la Cámara de Representantes votara la asignación de los fondos.

El proyecto de ley que será sometido a votación en ambas cámaras del Congreso es fruto de negociaciones con la Casa Blanca, que desde enero ha insistido en su aprobación sin condiciones.

Consciente de que el Congreso exige que Irak demuestre progresos para antes de septiembre, el gobernante advirtió también que este verano «será crítico para la nueva estrategia» en ese país.

Asimismo, repitió que Estados Unidos está en Irak a petición del Gobierno iraquí y que una retirada prematura tendría resultados «catastróficos». En la rueda de prensa en la Rosaleda de la Casa Blanca, la primera que ofrece desde abril, Bush presionó al Congreso sobre sus dos grandes prioridades legislativas: la aprobación de estos fondos para Irak y Afganistán y la de una reforma migratoria.

Los demócratas renunciaron el martes al establecimiento de un calendario para la retirada paulatina de las tropas de ese país.