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EUROPA PRESS-BEIRUT
Los enfrentamientos entre los milicianos de Fatah Al Islam y el Ejército libanés continuaron ayer por tercer día consecutivo en el campo de refugiados de Nahr el Bared, cerca de Trípoli, viéndose alcanzado por ellos un convoy con ayuda de la Oficina de Naciones Unidas para la Ayuda a los Refugiados Palestinos (UNRWA), que dejó varios heridos, y todo ello pese a que el grupo islamista había decretado un alto el fuego temporal. No obstante, el Gobierno libanés ha ordenado a su Ejército «terminar» con las milicias.

En el campo de refugiados de Nahr el Bared, situado en las proximidades de la segunda ciudad del país, el Ejército libanés continúa con sus ataques, ya que allí se encuentran atrincherados los milicianos del citado grupo.

Sin embargo, Fatah Al Islam, organización a la que se vincula con la red terrorista Al Qaeda, negó estar detrás de las explosiones registradas en los dos últimos días en Beirut, aunque no desmintió su responsabilidad en los ataques cerca de Trípoli, en el norte del Líbano.

De hecho, el Gobierno libanés ha autorizado al Ejército a «terminar» con las milicias de Fatah Al Islam, según explicó el ministro de Información, Ghazi Aridi, quien tras una reunión del Ejecutivo hizo hincapié en «la necesidad de poner fin al fenómeno terrorista, que es ajeno a los valores y la naturaleza del pueblo palestino».

Casi un día después de esta decisión, seguían los enfrentamientos en los alrededores del campo de refugiados de Nahr el Bared, desde donde se escuchaban disparos de ametralladoras y de armas ligeras.

Los refugiados palestinos se encuentran escondidos en sus casas en el interior del campamento y, según responsables palestinos, al menos nueve civiles murieron en los enfrentamientos. El mufti Salim Lababidi, líder espiritual suní de los palestinos en Líbano, denunció estos bombardeos, los cuales, según aseguró, han matado o herido a unos 100 civiles.