El líder Alex Salmond muestra su satisfacción tras los resultados electorales.

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EFE-LONDRES
Los nacionalistas de Alex Salmond, partidarios de celebrar un referéndum sobre la independencia de la región, lograron ayer una histórica victoria en las elecciones autonómicas celebradas en Escocia. Tras ser adjudicados los 129 escaños del Parlamento de Edimburgo, el Partido Nacionalista Escocés (SNP) obtiene 47 puestos frente a los 46 de los laboristas del primer ministro británico, Tony Blair, que pierden así un feudo histórico.

Por su parte, el líder nacionalista afirmó que, de llegar al Gobierno, su formación gobernará «con humildad, pero también con pasión (...), con brío e imaginación«. «Seremos siempre conscientes de que servimos al pueblo, a todo el pueblo de esta nación antigua y orgullosa que es Escocia», añadió Salmond, para quien los laboristas han perdido «la autoridad moral para gobernar en Escocia».

«Escocia ha elegido un nuevo camino político. Este es un momento histórico», dijo Salmond, cuyo partido ha logrado en las elecciones celebradas este jueves poner fin a ocho años de mayoría laborista en el Parlamento autonómico escocés, desde su constitución en 1999.

«Podrá haber gobiernos laboristas y ministros principales laboristas en las próximas décadas, pero nunca de nuevo veremos al Partido Laborista asumir que tiene un derecho divino a gobernar en Escocia», añadió.

Los liberales demócratas, actuales socios de Gobierno de los laboristas y que pueden tener la llave de futuras coaliciones, se alzaron con dieciséis escaños, frente a los diecisiete de los conservadores, dos logrados por los Verdes y el último ganado por un independiente.

Los nacionalistas escoceses cumplieron los pronósticos y arrebataron al partido del primer ministro británico uno de sus feudos históricos, aunque la victoria ha sido más ajustada de lo que predecían los sondeos.

Por ello, aún no está claro si el SNP será capaz de formar Gobierno y llevar a cabo sus planes de convocar una consulta popular sobre la escisión de Escocia del Reino Unido.

El todavía ministro principal escocés, el laborista Jack McConnell, aseguró ayer que mantenía «todas las opciones abiertas» y que no se iba a apresurar en tomar ninguna decisión precipitada sobre coaliciones de Gobierno.