El grupo de soldados británicos retenidos en Irán saluda a los periodistas tras hacerse efectiva su liberación. Foto: M.NIKOUBAZL/REUTERS

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EFE-TEHERÀN
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció ayer la liberación de los marinos detenidos como «un regalo al pueblo británico», pese a que su país tenía «todo el derecho para juzgarlos», y les despidió posteriormente en una breve ceremonia en el palacio presidencial en la que incluso bromeó con algunos ellos.

«Pese a que tenemos toda la razón en este asunto, los marinos serán liberados y pido a Blair que no les castigue por haber dicho la verdad», dijo en referencia a la asunción por parte de varios de ellos de que habían entrado en las aguas del país.

Los quince militares, que llegarán hoy a Londres, posaron unos instantes para las cámaras en los jardines del palacio, sonrientes y vestidos de civil.

El presidente aprovechó su primera conferencia de prensa tras el año nuevo iraní para anunciar la liberación, aunque antes empleó casi una hora en criticar duramente la actitud durante la crisis de Estados Unidos, la Unión Europea y el Gobierno británico, del que dijo que «no tiene el valor para decirle la verdad a su pueblo» sobre «la entrada ilegal de los marinos» en aguas iraníes.

El presidente rechazó que la decisión de liberarles tenga alguna relación con la liberación el martes del diplomático iraní Yalal Sharafi, secuestrado el 4 de febrero pasado en Bagdad, o con que ayer Washington hubiese permitido la visita de representantes iraníes a los cinco funcionarios de Teherán detenidos desde el pasado enero en Irak por EEUU.

«Si quisiéramos cambiar a ciudadanos iraníes por los británicos podríamos hablar de cientos de ellos. Querían darnos más concesiones pero este es un gesto humanitario y no materialista», recalcó.