La canciller alemana y presidenta de turno de la UE, Angela Merkel, ayer en Berlín. Foto: R.JENSEN/EFE

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En el 50 aniversario de la Europa unida, los líderes europeos se comprometieron ayer a «renovar los fundamentos comunes» para que esta Unión supranacional, única en el mundo, siga siendo fuente de paz, prosperidad y libertad.

En el patio del Museo Histórico Alemán y frente a las cámaras de televisión, la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poettering, firmaron una declaración de un par de folios que supone la renovación simbólica de aquellos votos europeístas en un momento de dudas entre algunos políticos y desencanto ciudadano.

Los veintisiete gobernantes aparcaron durante unas horas sus divergencias sobre la fallida Constitución Europea y rememoraron con emoción la firma, hace 50 años, del Tratado de Roma, que lanzó el exitoso proceso de construcción europea.

El gran mercado sin fronteras, el euro y la reunificación continental han ido mucho más allá de los sueños más optimistas de los padres fundadores.

Europa ha cambiado mucho, ya no son seis sino veintisiete los socios, la democracia ha triunfado en el Este y el europeo de hoy es cincuenta veces más próspero que el de entonces, pero la unión continúa siendo una necesidad. Como dijo en su intervención el primer ministro italiano, Romano Prodi, el único gobernante invitado a hablar, «Europa es el antídoto a nuestros males».