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EFE-YEDA (A. SAUDÍ)
Los líderes del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás) y del nacionalista palestino Al Fatah llegaron ayer a Yeda donde fueron recibidos, por separado, por el rey Abdulá de Arabia Saudí, y desde donde hoy viajarán a La Meca para una reunión que puede ser su última oportunidad de reconciliación.

Haniye hizo estas declaraciones poco antes de cruzar el paso fronterizo de Rafah -entre Gaza y Egipto y bajo supervisión de la UE- pero, según testigos, incluso en ese momento y en ese lugar hubo un pequeño tiroteo entre hombres armados de ambos bandos del que el primer ministro no se enteró por estar en la zona VIP. Miembros de la delegación de Al Fatah han vuelto a advertir de que, si fracasan los intentos de llegar a un consenso con Hamás, el presidente Mahmud Abás convocará elecciones presidenciales y legislativas anticipadas.

Hasta última hora de la noche no estuvo claro cuándo se celebraría la esperada reunión entre las facciones palestinas que se había anunciado para ayer y cuyo objetivo es formar un Gobierno de unidad nacional.

Antes de viajar a Arabia Saudí, el primer ministro de Hamás, Ismail Haniye, prometió que su delegación hará «todos los esfuerzos» posibles para regresar a Gaza «con un acuerdo que cure las heridas, ponga fin a las tensiones y fortalezca la unidad nacional».

Hamás, ganador de los comicios legislativos palestinos de hace un año, rechaza la opción de nuevas elecciones y, si éstas se convocan, se teme un recrudecimiento de los sangrientos enfrentamientos entre facciones que desde diciembre han causado 80 muertos.