Miembros de Amal y Hezbolá se enfrentaron a seguidores de la progubernamental Corriente de Futuro. Foto: M.AZAKIR/REUTERS

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EFE-BEIRUT/PARÍS
El Ejército libanés decretó ayer el toque de queda en Beirut y alrededores para intentar controlar la situación en la capital, tras los enfrentamientos que estallaron por la mañana entre seguidores progubernamentales y opositores.

Los altercados pronto se extendieron a otros campus universitarios de la capital, como el de la cercana Universidad Libanesa y el de la céntrica Universidad Americana de Beirut y a otros barrios de mayoría musulmana de la capital.

Los enfrentamientos, que según fuentes policiales se han saldado con cuatro muertos y 81 heridos, comenzaron cuando un grupo de estudiantes de los grupos opositores chiíes Amal y Hezbolá se enfrentaron con piedras y palos a seguidores del pro-gubernamental Corriente de Futuro.

El Ejército cortó por la tarde la ruta que une la ciudad con el aeropuerto internacional de Beirut para impedir que los incidentes se extendiesen hasta allí.

Varios canales de televisión han mostrado imágenes de las trifulcas en la Universidad Àrabe ante la mirada de numerosos soldados que intentaban sin demasiada convicción interponerse entre ambas facciones disparando al aire.

Mientras, en París, la comunidad internacional prometía unos 7.600 millones de dólares para ayudar al Líbano a aliviar sus problemas financieros y abordar la reconstrucción tras el conflicto entre Israel y el grupo chií Hezbolá, a la vez que instó a las distintas facciones libanesas a superar sus divisiones.

«Los amigos del Líbano se unieron hoy y a un nivel alto» para marcar su apego a un «Líbano unido y soberano», apoyar a su Gobierno surgido de «elecciones democráticas» y respaldar su programa de «modernización social y económico», afirmó el presidente francés y anfitrión de la conferencia «París III», Jacques Chirac.