George W. Bush es aplaudido antes de su discurso sobre el Estado de la Unión. Foto: LARRY DOWNING/EFE

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EFE-WASHINGTON
El presidente de EEUU, George W. Bush, pidió a un Congreso dominado por los demócratas que dé una oportunidad a su nuevo plan para Irak y alertó de que una retirada de las tropas haría derrumbarse al gobierno iraquí. Bush adoptó un tono conciliador en su sexto discurso sobre el Estado de la Unión, que comenzó con alabanzas a la nueva presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, y con un ramo de olivo para el partido de la oposición.

El presidente dijo que esta estrategia conlleva «la mejor posibilidad de éxito» y que las consecuencias de una derrota en el país árabe serían «graves y enormes». Afirmó que si las tropas estadounidenses se retiran de Bagdad antes de que la ciudad esté segura, «el Gobierno iraquí sería avasallado por los extremistas».

En el texto no estuvo presente la postura desafiante de otras intervenciones, como cuando tildó de «eje del mal» a Irak, Irán y Corea del Norte, o el optimismo sobre el rumbo de la guerra en Irak.

La reacción a sus palabras también fue diferente esta vez. Los legisladores le interrumpieron mucho menos con sus aplausos y gran parte del hemiciclo, incluida Pelosi, sentada detrás del podio, no se levantó cuando los correligionarios de Bush se alzaban para ovacionarlo.

La frialdad en la Cámara de Representantes, donde se pronuncia este discurso, es reflejo de la victoria de los demócratas en las elecciones legislativas del pasado 7 de noviembre. En el discurso Bush intentó ganarse el apoyo de ambos grupos a su plan para aumentar en 21.500 soldados los efectivos en Irak.