El periodista recibió varios tiros en la cabeza en Estambul, a la entrada del semanario «Agos», donde trabajaba.

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EUROPA PRESS-ESTAMBUL
El mundo del periodismo turco perdió ayer a otro de sus representantes, Hrant Dink, de 53 años y orígenes armenios, conocido por sus constantes críticas y referencias al genocidio armenio de principios del siglo XX por parte de los turcos. Dink fue asesinado a sangre fría por hombres armados a la entrada de la sede del periódico en el que trabajaba, poniéndose una vez más de manifiesto, el largo camino que Turquía tiene por recorrer si quiere garantizar derechos como la libertad de expresión y de prensa, que se consideran imprescindibles para su objetivo de una futura incorporación a la UE.

Dink había sido juzgado en varias ocasiones por denunciar el genocidio de los armenios a principios del siglo XX. También había recibido amenazas de muerte de grupos nacionalistas, que lo consideraban un traidor a Turquía.

Un grupo armado asesinó ayer a tiros al periodista turco, quien había sido amenazado y juzgado en varias ocasiones por afirmar que su país había cometido un genocidio contra los armenios. El crimen fue perpetrado en Estambul, a la entrada del semanario en lengua armenia 'Agos', en el que trabajaba como redactor jefe, y fueron tres disparos, dos de ellos en la cabeza, los que acabaron con su vida.

Pocos minutos después del trágico suceso el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, consideró el asesinato del armenio-turco un ataque contra la unidad de Turquía y prometió que los responsables serán detenidos, anunciando de hecho, que ya se ha arrestado a dos personas en Estambul, aunque rehusó ofrecer más detalles.

«Una vez más, las 'manos negras' han elegido nuestro país y derramado sangre en Estambul para alcanzar sus oscuras metas», afirmó el primer ministro en rueda de prensa. «Estamos investigando todos los aspectos de este crimen», añadió. Erdogan indicó que ha encargado a altos responsables del Ministerio de Justicia el caso, que ya se están trasladando a Estambul desde Ankara.

En la cadena de reacciones, el comisario responsable de Ampliación de la UE, Olli Rehn, mostró su «estupor y tristeza» tras conocer la noticia del «brutal acto de violencia» que ha terminado con la vida de Dink. Turquía se encuentra negociando su adhesión a la UE, aunque ocho de los capítulos que deben cumplirse para que se produzca su entrada quedaron suspendidos el pasado mes de octubre por la negativa turca a abrir los puertos y aeropuertos a Chipre, con quien mantiene una agria disputa desde hace décadas por el control que ejerce sobre la mitad norte de la isla.

«Estoy impresionado y entristecido por este brutal acto de violencia. Hrant Dink fue un respetado intelectual que defendió sus opiniones con convicción y contribuyó a un debate público abierto. Fue un defensor de la libertad de expresión en Turquía», señaló Rehn.