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El nuevo arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, presentó ayer su dimisión tras las acusaciones de cooperación con la policía secreta polaca (Sluzba Bezpieczenstwa) durante la etapa comunista, según informaron fuentes eclesiásticas. Aunque Wielgus tomó posesión el pasado viernes, e iba a ser investido oficialmente ayer, apenas media hora antes se hizo pública su renuncia. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, afirmó que Wielgus hizo «lo correcto» porque su pasado «comprometía su autoridad».

El pasado viernes la Iglesia Católica Romana polaca admitió que existían pruebas de que el recientemente nombrado arzobispo de Varsovia colaboró con la Policía secreta en la Polonia Comunista, aunque también reveló que no había evidencias de que sus actos perjudicaran a nadie. En este punto, la Iglesia polaca ordenó la constitución de una comisión que estudiara estas supuestas implicaciones de Wielgus durante la década de los 70 y los 80 después de que tres publicaciones polacas le acusaran de pasar información sobre otros sacerdotes al antiguo régimen, ensombreciendo así su nombramiento para el arzobispado de Varsovia el 6 de diciembre por parte del Vaticano.

«Existen numerosos e importantes documentos que confirman la consciente y secreta cooperación con los órganos de seguridad de la Polonia comunista», aseguraron desde dicha comisión.