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AGENCIAS-SANTIAGO DE CHILE
En su primera referencia pública a la polémica sobre la falta de funeral de Estado para Pinochet, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, afirmó ayer que pensó «en el bien del país», al descartar unas exequias con honores civiles para el ex dictador, que sólo los tendrá militares.

Igual de explícito fue el ministro del Interior, Belisario Velasco, al afirmar que Pinochet fue «un clásico dictador de derecha que violó los derechos humanos y que se enriqueció», y por ello «no corresponde celebrarle un funeral de Estado».

«En una sociedad, cuando no existen normas, leyes previstas para determinadas situaciones, los gobernantes tenemos que tomar decisiones pensando en el país», afirmó la mandataria, ella misma una ex presa política torturada en la dictadura, de cuyos actos Augusto Pinochet jamás se arrepintió en vida.

«Cada nación, su gente, sabe y sabrá hacer el relato y la construcción de estos sucesos y de sus protagonistas, la historia se va construyendo y las verdades se van instalando, y no voy a eludir en este momento, que yo tengo un concepto muy formado acerca de un periodo doloroso, dramático y complejo que vivió nuestro país», dijo la presidenta.

Siempre críptica, Bachelet añadió que «Chile no puede olvidar, sólo así tendremos una mirada constructiva de nuestro porvenir, garantizando el respeto a los derechos fundamentales de todas y todos los chilenos».