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EFE-BUDAPEST
El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsány, lamentó que sus palabras, en las que admitía haber mentido para ganar las pasadas elecciones, pudieran herir la sensibilidad de sus conciudadanos y reiteró que sus programa de austeridad presupuestario es necesario. «Sé muy bien que el estilo y el lenguaje utilizado pudo chocar a muchas personas, lo que lamento», aseguró Gyurcsány en la reunión del gabinete ministerial del gobierno socialdemócrata.

El primer ministro aseguró que dijo «la mitad de lo que hicimos» (en el gobierno socialdemócrata) y «no explicamos por qué hacemos lo que estamos haciendo», en referencia al programa de austeridad emprendido para enderezar la economía. Gyurcsány explicó que su tarea es la de «hacer más clara y sincera» la política y acabar con las falsas promesas.

Subrayó que no creía que los electores entenderían las medidas del gabinete dirigidas al saneamiento de la economía, pero agregó que hay que terminar con la política centrada en las falsas esperanzas y centrarse en la realidad.

En una grabación emitida por la radio, Gyurcsány reconoció ante la directiva del gobernante Partido Socialista haber mentido «durante un año y medio» sobre la situación económica del país, y afirmó que lo sucedido en Hungría es algo «nunca visto en la Unión Europea».