Aspecto de la destrucción que está causando Israel con sus bombardeos en el sur del Líbano.

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EFE-JERUSALÉN
El grupo libanés Hezbolá admitió la pérdida del control de la población fronteriza Marún al Ras y continúa lanzando misiles contra ciudades de Israel, que prosigue su ofensiva y anunció que acepta el envío de una fuerza multinacional, de la OTAN.

Mientras la diplomacia europea intensifica gestiones en Israel en busca de un alto el fuego y en espera de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condolezza Raice, que llegará hoy, miles de personas seguían huyendo del sur del Líbano. En ese territorio, feudo de Hezbolá, las fuerzas israelíes prosiguen sus operaciones, con ataques de artillería. El portavoz de la FINUL (Fuerza Interina de la ONU), Milos Struger, confirmó que ya no había mas combates en el área de Marún al Ras -por lo que parece que los israelíes afianzaron allí sus posiciones- y que continuaban los bombardeos en distintas zonas del sur.

Dos ministros europeos de Asuntos Exteriores, el de Francia, Philippe Douste-Blazy, y el de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, están en Israel, que, tras doce días de hostilidades, acepta el despliegue de una fuerza internacional en el Líbano. Así lo manifestó el ministro de Defensa, Amir Peretz, en una reunión con Steinmeier. Según Peretz, Israel está dispuesto a aceptar dicha fuerza porque se ha dado cuenta de la «debilidad del Ejército libanés».