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EFE-PARÍS
«Nada apartará al Gobierno conservador francés de su labor», subrayó ayer el primer ministro, Dominique de Villepin, al criticar una moción de censura socialista que, como se esperaba, no prosperó, pero que contó con el apoyo inédito de diputados de la centrista UDF, asociada a la mayoría «chiraquiana» en el Parlamento y con mucha frecuencia también en el Ejecutivo.

Sin sorpresas, ya que la conservadora y gobernante UMP tiene mayoría absoluta en la cámara (364 de los 577 diputados), De Villepin superó ayer la tercera moción de censura que afronta desde que tomó las riendas del Ejecutivo después de que los franceses votasen «no» a la Constitución europea en el referéndum del 29 de mayo de 2005.

«Frente a la aceleración del rumor, continuaremos nuestro trabajo con método, calma y perseverancia. Nada apartará al Gobierno de su labor y del objetivo fijado por el presidente de la República», afirmó De Villepin en un discurso ante la Asamblea Nacional, donde tuvo lugar el acalorado debate.

Sólo 190 diputados socialistas, comunistas, Verdes y de la centrista UDF votaron la moción de censura contra el Gobierno, tras un debate al que asistieron menos de 200 de los 364 diputados de la UMP, liderada por el también ministro de Interior, Nicolas Sarkozy. Combativo, Villepin mantuvo que los socialistas han basado su moción de censura sobre la «calumnia», la «mentira», el «rumor» y el «ultraje», mientras que al presidente de UDF, Francois Bayrou, le advirtió de que ha escogido «un campo que no es el suyo ni el de su familia política» al apoyar la moción de censura.

El argumento de la «calumnia» es el mismo que ha esgrimido De Villepin para defenderse de la acusación de presunta implicación en la trama urdida entre 2003 y 2004 para perjudicar a industriales y políticos incluyéndoles en unos listados falsificados de la sociedad de pagos y compensaciones luxemburguesa Clearstrean, en los que aparecían como titulares de cuentas bancarias en el extranjero con fondos ilícitos.

Ese escándalo ha debilitado mucho a Villepin, ya tocado por la crisis del Contrato de Primer Empleo (CPE) que tuvo que retirar por la presión en la calle de sindicatos y estudiantes.

Por el «interés de Francia» justificó el líder socialista, Francois Hollande, la presentación de su moción de censura. «Tiene que terminar esta situación insoportable para nuestro país», clamó Hollande, para quien el escándalo 'Clearstream' sume a Francia en una de las crisis políticas, institucionales y morales más graves de la V República.