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EFE-JERUSALEM
El Gobierno israelí ha decido limitar la respuesta inmediata al atentado que causó nueve muertos y decenas de heridos en Tel Aviv a una sanción contra diputados palestinos de Hamás que viven en Jerusalén Este y a quienes será retirado el permiso de residencia.

Hamás lleva más de un año manteniendo un alto el fuego no declarado y el atentado del lunes se lo han atribuido la Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al-Aksa, pero Israel «seguirá persiguiendo a los terroristas sin tener en cuenta la afiliación», dijo un portavoz el Gobierno, Raanán Guissin. Israel continuará luchando contra el terrorismo, «como hasta ahora, con los medios que juzgue adecuados a la amenaza», indicó el portavoz.

El primer ministro en funciones y designado también para formar el próximo gobierno, Ehud Olmert, se reunió con sus asesores de seguridad para examinar la respuesta que convenía dar al atentado de Tel Aviv, que ha sido el primero desde que Hamás llegó al poder a finales de marzo.

Tras la reunión, un portavoz gubernamental indicó que el Ejecutivo mantendrá la lucha contra el terrorismo y que no hará distinciones entre Hamás, al que considera «una entidad terrorista», y otros grupos palestinos.

Las tropas del Ejército israelí irrumpieron en una aldea próxima a la ciudad cisjordana de Jenín y detuvieron al padre y al hermano del suicida palestino que ayer se inmoló en Tel Aviv, así como a otra treintena de personas. Los familiares del suicida habían sacado de su vivienda los muebles y otras pertenencias durante la pasada noche, ante el temor de que el Ejército israelí procediera a destruir la casa del suicida, según testigos oculares.