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AGENCIAS-WASHINGTON
La venta de la gestión de seis puertos norteamericanos a un grupo árabe de Dubai es la última de una serie de controversias entre el presidente George W. Bush y su mayoría republicana del Congreso, a ocho meses de las elecciones de mitad de mandato.

«A mi juicio la transacción debería concretarse», insistió Bush a su regreso a la Casa Blanca. «Si hubiera algún riesgo de que esta venta ponga en peligro la seguridad de Estados Unidos, no tendría lugar», puntualizó.

La más reciente controversia surgió esta semana después de que Bush amenazara el martes con vetar cualquier intento legislativo de frenar la controvertida venta al operador de los Emiratos Arabes Unidos, 'Dubai Ports World', de las operaciones de seis grandes puertos de Estados Unidos.

No obstante, el acuerdo ha generado un rechazo tan abrumador que el veto presidencial podría ser anulado en el Congreso, lo que podría representar una enorme derrota política para Bush.

Los republicanos, que controlan ambas cámaras del Congreso, también han prometido realizar audiencias para preguntar por qué el pacto con la empresa de Medio Oriente fue aprobado en sólo 25 días en vez de los 45 habituales.

Uno de los miembros más conservadores en el Senado, el republicano Rick Santorum, de Pensilvania, escribió en la prensa que permitir que avance el acuerdo sobre los puertos sin mayor vigilancia contradice a los rigurosos esfuerzos anti-terroristas de los últimos cuatro años.