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El primer ministro israelí, Ariel Sharón, se mantiene estable dentro de la gravedad, bajo fuerte anestesia y con respiración asistida, según el último comunicado del Hospital Hadasa de Jerusalén, donde está ingresado. «La situación no es de coma, su cerebro y su corazón funcionan de forma independiente», señalaba un comunicado para salir al paso de algunos rumores sobre un posible estado vegetativo.

El hospital desmintió esa situación y su director, Shlomo Mor Yosef, dijo que «el primer ministro está en cuidados intensivos en la planta de neurocirugía, su situación es estable y, según las constantes vitales, está estabilizado» dentro de lo que cabe en un paciente en sus circunstancias. Agregó que lo tienen bajo fuerte anestesia y con respiración asistida, «con el objeto de facilitar la recuperación del cerebro».

Según Mor Yosef, su situación es «la normal» después de una intervención como a la que fue sometido en las últimas horas y aclaró que el tratamiento de anestesia y respiración asistida se prolongará entre 48 y 72 horas para controlar la presión en el cerebro. Consultado sobre las posibles consecuencias del infarto cerebral sufrido, el facultativo se negó a dar cualquier detalle.

«No podemos saber las consecuencias después de una hemorragia u operación en el cerebro, no podemos saber si ha afectado a su capacidad motriz o mental, y sólo podremos hacer una evaluación después de que se despierte», subrayó.