El atentado de anoche en Basora dejó más de veinte víctimas mortales.

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Al menos 20 personas murieron en un atentado ayer por la noche en Basora, al sur de Irak, al término de una jornada violenta durante la que el ejército estadounidense anunció siete bajas de sus soldados muertos en combate.

La explosión se produjo hacia las 20H30 (17H30 GMT) en la calle Al Jazair, frente a un centro comercial donde numerosos habitantes hacían sus compras para la fiesta de Aid al Fitr, que dentro de unos días pone fin al ayuno musulmán del Ramadán.

«Veinte personas murieron y 45 resultaron heridas, y este balance no es definitivo«, afirmó una fuente del ministerio de Interior en Bagdad, citando informaciones procedentes de Basora, una localidad situada a 550 km al sur de la capital.

La misma fuente, que había anunciado antes 15 muertos y 25 heridos, añadió que los socorristas siguen evacuando a las víctimas en el lugar del atentado, un mercado muy concurrido. La mayor parte de las víctimas son civiles aunque todo parece indicar que el blanco del atentado era una patrulla de policía.

Este atentado en la capital meridional de Irak, que no acostumbra a sufrir este tipo de ataques, tuvo lugar tras una jornada en la que el ejército norteamericano anunció la muerte de siete militares, de los que seis perdieron la vida el lunes.

Cuatro murieron en un ataque con bomba en la localidad de Yusufiyah, a unos 15 km al sudoeste de Bagdad, y otros dos en las mismas circunstancias al norte de Bagdad. Un séptimo militar resultó muerto en combate el domingo al oeste de Bagdad al estallar una bomba al paso de su vehículo. Estas muertes elevan a 2.021 el número de militares y civiles estadounidenses muertos en Irak desde la invasión del país en marzo de 2003.

A primera hora del día, el ejército norteamericano anunció que antes del amanecer había bombardeado un supuesto escondite de un «jefe de Al Qaida» y dijo que había causado la muerte a unas 40 personas en Karabilia, en la frontera con Siria..