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EP/AP-NUEVA YORK/DAMASCO
El informe de los investigadores de la ONU sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, entregado la noche del jueves al Consejo de Seguridad, implica a altos cargos de los servicios de Inteligencia sirios y libaneses en el magnicidio.

El Gobierno sirio rechazó los resultados de la investigación, que calificó de falsos, carentes de profesionalidad y «al cien por cien politizados».

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, recibió ayer el informe final de la comisión, que fue elaborado bajo la dirección del alemán Detlev Mehlis y que fue remitido ayer a los gobiernos libanés y sirio, así como a los miembros del Consejo de Seguridad. Este organismo podría debatir sobre las conclusiones de este informe el próximo martes e incluso aprobar sanciones contra Damasco.

Hariri murió como consecuencia de un ataque con coche bomba en Beirut el 14 de febrero, que costó la vida a otras 20 personas. El Consejo de Seguridad formó una comisión después de que una misión de la ONU encontrara serios errores en la investigación del asesinato. Asimismo, declaró que Siria, cuyas tropas todavía estaban en territorio libanés, es el principal responsable de la tensión política que precedió al hecho.

Tras recibir el documento, Annan declaró que el informe Mehlis «es el comienzo, no el final, porque los magistrados y otras autoridades podrán seguirlo y decidir sobre sus acusaciones». En todo caso, no quiso entrar en el debate sobre la «politización de este asunto en la región o en otras partes del mundo».

Los investigadores han concluido que en el crimen participaron altos responsables de seguridad de Siria y Líbano, ya que resulta difícil imaginar que se haya podido cometer un atentado tan complejo sin que los servicios de inteligencia estuvieran al tanto de ello.