TW
0

El Ejército israelí ha lanzado su mayor operación militar fuera de tiempos de guerra para evacuar la franja de Gaza. Cerca de 55.000 soldados y policías israelíes acometen desde medianoche la tarea de evacuar a unos 9.000 colonos de los 21 asentamientos de la franja de Gaza y cuatro del norte de Cisjordania, en la que será la primera evacuación de colonias (legales) judías desde que Israel devolvió a Egipto la Península del Sinaí en 1982.

No ocurrirá así con los invernaderos, que serán traspasados a los palestinos. El 75% de ellos han sido vendidos a un fondo privado, que los cederá a su vez a los futuros pobladores de la zona.

Las familias evacuadas recibirán una compensación que oscilará entre 200.000 y 300.000 dólares y serán realojados en 'kibbutz' a lo largo del país o en viviendas nuevas fuera de la franja de Gaza, pero entre tanto muchos tendrán que alojarse en caravanas u otros alojamientos temporales, lo que ha sido otro motivo de protestas.

La operación de retirada costará a Israel unos 325 millones de euros, de los cuales hasta 24 millones se destinarán a la demolición de viviendas y edificios públicos. Unas 2.800 viviendas, así como 26 sinagogas, serán demolidas.

La retirada (conocida también como 'desenganche' o 'desconexión') ha sido la jugada más arriesgada del primer ministro Ariel Sharon, que se ha granjeado la enemistad de toda la derecha religiosa israelí y de parte de su partido, el Likud (derecha nacionalista) y podría afrontar elecciones anticipadas. El ex primer ministro Benjamin Netanyahu abandonó hace una semana su cargo ministerial en el gabinete de Sharon, en protesta por la retirada, y si logra capitalizar el descontento será su principal rival, dentro de su propio partido.

Sin embargo, Sharon también ha dado un giro ante la comunidad internacional, donde los más optimistas quieren ver en la retirada un primer paso para volver a las negociaciones de paz con los palestinos. La UE insiste en que la evacuación debe permitir relanzar la 'Hoja de ruta', el plan aprobado por el Cuarteto (Estados Unidos, Rusia, la UE y la ONU) en 2002 y que prevé la creación de un Estado Palestino, pero la posibilidad de avanzar por ese camino es tremendamente frágil.