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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sólo suscribirá un acuerdo sobre las perspectivas financieras de la UE si la pérdida de fondos de cohesión para España es progresiva y no se convierte en contribuyente neto hasta el año 2014.

El Ejecutivo español defenderá con firmeza su posición y prefiere no hablar de vetos ni de líneas rojas en la negociación ni desvelar hasta dónde está dispuesto a ceder para conjugar el consenso y la garantía de los intereses nacionales.

Esta es la posición que defenderá el jefe del Ejecutivo español a lo largo del Consejo Europeo que comenzó ayer en Bruselas con una sesión dedicada exclusivamente a analizar el proceso de ratificación de la Constitución de la Unión Europea.

Ante las dificultades en ese proceso, según fuentes del Gobierno, Zapatero insistirá en la conveniencia de alcanzar un acuerdo presupuestario porque no sería bueno introducir inestabilidad económica en la actual coyuntura. El consenso sobre las perspectivas financieras para el periodo 2007-2013, a juicio del Ejecutivo español, permitiría trasladar una señal positiva a los ciudadanos sobre el proceso de construcción europea.

No obstante, Zapatero reiterará que es «claramente insuficiente» la última propuesta del presidente de turno de la Unión Europea, el primer ministro luxemburgués Jean Claude Juncker, que establece que España siga recibiendo fondos de cohesión dos años más (hasta 2008) por un importe total de 2.000 millones de euros.

Sin embargo, España reclama un periodo transitorio en la recepción de los fondos de cohesión de, al menos, cinco años y mantener un saldo neto positivo con la Unión Europea durante todo el periodo presupuestario 2007-2013.

Respecto al debate que abrió el Consejo Europeo, relativo a la situación en que queda el proceso de ratificación de la Constitución europea tras el triunfo del «no» en los referendos celebrados en Francia y Holanda, Zapatero expresará a sus colegas su deseo de que continúe, pero que «el único Tratado posible es este».