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El presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair, constataron ayer en París sus profundas diferencias sobre la futura financiación de la Unión Europea (UE), en vísperas de la crucial cumbre de Bruselas. Tras el encuentro, de hora y media y que no fue seguido de la tradicional rueda de prensa conjunta, Blair evocó el «fuerte desacuerdo» con Chirac sobre el marco presupuestario de la UE para el período 2007-2013, y consideró «difícil» que pueda superarse, si bien señaló que las negociaciones continúan a nivel europeo.

«Más convencido que nunca» de que la UE necesita «una pausa para la reflexión», el jefe del Gobierno británico, que ya ha suspendido el proceso de referéndum en su país sobre la Constitución, consideró «posible» un acuerdo en Bruselas, que sería «sensato», para fijar un plazo de «meses» para poder dar a Europa «la dirección que necesita» en temas clave como la globalización, la seguridad y la criminalidad.

Los dos están enfrentados sobre el «cheque británico», cuya revisión reclaman Francia y otros países, mientras que Londres exige un cambio en los fondos de la Política Agrícola Común (PAC). Las posiciones de los dos líderes parecen menos alejadas sobre lo que la UE debe hacer tras el rechazo francés y holandés a la Constitución europea en sendos referendos.

Chirac, por su parte, le propuso que se inicie «una reflexión colectiva sobre la respuesta que se debe dar a las preocupaciones expresadas por los europeos», como la globalización, el paro, las deslocalizaciones y la inmigración clandestina», según informó el portavoz del Palacio del Elíseo. Blair vinculó precisamente el tema de la Constitución con la «pausa» necesaria para fijar el rumbo político de Europa con las negociaciones sobre el presupuesto. «Es cada vez más claro que si queremos volver a conectar a los pueblos de Europa con la idea de la UE, hay que fijar una clara dirección política e incluso en la financiación, especialmente en ésta, volver a conectar las prioridades de las personas con la forma en que gastamos el dinero en Europa», afirmó.

Blair llegó a París después de rechazar la propuesta de congelación del «cheque británico» (la devolución anual al Reino Unido, desde 1984, de parte de su contribución a las arcas comunitarias), en un encuentro con el primer ministro luxemburgués y presidente de turno de la UE, Jean-Claude Juncker.