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La cooperante italiana Clementina Cantoni, secuestrada en Afganistán desde el pasado 16 de mayo, fue puesta ayer en libertad en Kabul, confirmaron el ministerio de Exteriores de Italia y un portavoz de la familia. El responsable de la diplomacia italiana, Gianfranco Fini, dijo que la joven «se encuentra bien» y que, tras su liberación, fue trasladada al Ministerio del Interior afgano, acompañada por un miembro de los servicios secretos, para preparar su repatriación, prevista para hoy.

Desde Italia se señala que Cantoni fue puesta en libertad tras la «entrega» a los secuestradores de la madre del ex policía Shah, acusada de complicidad en la muerte del hijo de un empresario afgano que previamente había sido secuestrado. Las autoridades afganas sostienen, en cambio, que no ha habido concesiones ni pago de rescate y que la liberación de la cooperante ha sido sólo fruto «de un duro trabajo de la Policía y de la nación», dijo en conferencia de prensa en Kabul el ministro del Interior, Ali Ahmad Jalali.

Las primeras imágenes de la joven en libertad, moviéndose con rapidez en dependencias de la sede ministerial, han dejado ver el cansancio en su rostro y una ligera mueca de sufrimiento. Clementina Cantoni, de 32 años y colaboradora de la organización humanitaria «Care» en un proyecto de ayuda a viudas de Kabul, estaba en poder de un grupo de delincuentes comunes dirigido por el ex policía Tamir Shah, con el que en las últimas semanas se habían mantenido diversos contactos.

El titular italiano de Exteriores señaló que durante el secuestro temió que la policía afgana pudiese llevar a cabo una intervención, dado lo que calificó como un caso «anómalo, ligado a la presencia de intermediarios verdaderos o presuntos y al hecho de que los captores estuvieran vinculados a reductos criminales y a la extorsión». La noticia de la liberación fue recibida en Italia con alivio y satisfacción, y con el recuerdo de los reiterados secuestros en Irak de ciudadanos de este país, tres de los cuales fueron asesinados.