La escasez de algunos productos lleva a los campesinos a acaparar alimentos y combustible.

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JUAN CARLOS ZAMBRANA-SUCRE
El Congreso de Bolivia retrasó ayer su sesión para considerar la dimisión del presidente Carlos Mesa en busca de un acuerdo previo, mientras los manifestantes comenzaron a rodear la sede de la reunión del Legislativo en Sucre. Las deliberaciones, que debían haber empezado por la mañana, fueron aplazadas hasta la noche, declaró el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío.

Cossío hizo el anuncio en el intervalo de una reunión de líderes de los ocho partidos y de los legisladores que representan a los nueve departamentos del país. Esta reunión está encabezada por el presidente del Congreso y de la Cámara de Senadores, Hormando Vaca Díez, convertido en principal objetivo de las manifestaciones callejeras en las que se reclama que renuncie a su derecho de sucesión constitucional.

Los 27 senadores y 130 diputados fueron citados en la ciudad de Sucre, a 579 kilómetros al sur de La Paz, para tratar la renuncia presentada por Mesa debido a que la sede habitual del Congreso está azotada por diarias y violentas manifestaciones. Los sectores alzados desde hace un mes reclaman la convocatoria inmediata a una Asamblea Constituyente y la nacionalización de los campos de gas natural y petróleo, y ahora, tras la dimisión de Mesa, se han agrupado en pos del adelanto de las elecciones generales.

La demanda popular se opone al derecho de sucesión constitucional, que le corresponde al senador Vaca Díez y al diputado Cossío, por este orden, y pretenden que el poder recaiga en el titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez. Los partidos de Vaca Díez y de Cossío, el Movimiento Nacionalista Revolucionario y el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, respectivamente, defienden la sucesión constitucional como única forma de garantizar el sistema democrático y regresar a la normalidad de las actividades del país.