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Una oleada de atentados suicidas con coches y motocicletas bomba segó ayer la vida de 23 personas y causó heridas a más de sesenta en diversos puntos de Irak.

Una hora y media más tarde, un segundo coche bomba estalló al paso de un convoy en el que viajaba el vicegobernador de la provincia de Diala, Hasan Oluan, quien murió de forma instantánea junto a cuatro de sus acompañantes.

El más sangriento de los cinco ataques terroristas registrados ocurrió por la mañana en la localidad de Touz Khormatou (250 kilómetros al norte de Bagdad), y causó la muerte de doce personas y heridas a otras 37.

El suicida, al volante de una vehículo repleto de explosivos, hizo explotar la carga delante de un restaurante donde desayunaban los guardaespaldas del viceprimer ministro iraquí, el kurdo Rowsch Shaways.

El citado político no se hallaba en el lugar en el momento de la deflagración, confirmó Serkout Sherwan, representante de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), el partido que lidera el presidente de Irak, Yalal Talabani

La policía informó, poco después, de un tercer ataque suicida con otro automóvil cargado de explosivos cometido en la ciudad septentrional de Kirkuk, en el que, según dijeron, un niño perdió la vida y once personas fueron heridas.

En la vecina Mosul, al menos cinco personas perdieron la vida y otras trece resultaron heridas en un atentado perpetrado en el centro de la ciudad por dos suicidas. Los kamikazes, a bordo de sendas motocicletas, se lanzaron contra una cafetería frecuentada por policías y situada en una de las principales arterias comerciales de esta ciudad, ubicada a unos 400 kilómetros al norte de Bagdad.

Fuentes policiales informaron ayer, además, de que un hombre al volante de un vehículo repleto de explosivos hizo estallar la carga en el sur de Bagdad tras ser descubierto por la Policía.