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Israel puso en libertad a 398 presos palestinos -más de cien militantes de Hamas- que conforman la segunda y esperada tanda de un total de 900 a los que el primer ministro Ariel Sharón se comprometió a excarcelar ante el presidente palestino, Mahmud Abás.

La llegada de los ya ex prisioneros que hacían la señal de la victoria produjo escenas de emoción entre los familiares y amigos que les esperaban enarbolando banderas palestinas.

Los palestinos excarcelados, que no fueron condenados o arrestados de forma preventiva por cometer delitos de sangre contra israelíes, fueron recibidos con gran emoción por familiares y amigos que los aguardaban en los puntos de limítrofes de Cisjordania y Gaza con banderas palestinas, de Al Fatah y del Club de Prisioneros.

De ellos 380 se dirigieron a sus lugares de procedencia en Cisjordania y 18 a la franja de Gaza, según datos facilitados por fuentes militares.

A primeras horas de la mañana los prisioneros abandonaron las cárceles y centros de detención en distintos puntos de Israel, y subieron a los autobuses facilitados por el Servicio de Prisiones y el Ejército que los trasladaron a los puntos limítrofes con la autonomía palestina.

«Con sangre y con fuego nos sacrificamos por vosotros prisioneros», coreaban decenas de palestinos en las inmediaciones de la localidad de Betunia, próxima a la ciudad cisjordana de Ramala, donde llegaron dos autobuses con los presos palestinos liberados.

Los silbidos y cánticos aumentaron a medida que los vehículos se acercaron al lugar donde eran esperados. Los palestinos liberados no pudieron reprimir su emoción y se sumaron a la alegría de sus familiares. Entre los familiares, amigos, curiosos y medios de comunicación que se acercaron a Betunia, se encontraba el gobernador de Ramala, Mustafa Aisa.