Antonio Villaraigosa, nuevo alcalde de Los Ángeles.

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EFE-LOS ÀNGELES
La alcaldía de Los Angeles comienza un nuevo período en su historia tras la victoria de Antonio Villaraigosa como el primer alcalde hispano de la urbe desde hace más de 130 años.

Su triunfo sitúa a un hispano al frente de la segunda ciudad más importante de Estados Unidos, donde se calcula que el 46 por ciento de sus 3'7 millones de habitantes son de ese origen.

Cuando continúa el recuento de votos, el candidato hispano obtiene un 59% de los votos frente al 40% que logra su rival, el hasta ahora alcalde James K. Hahn.

«Acepto esta victoria a sabiendas de que los retos que me esperan son grandes», dijo bien entrada la noche Villaraigosa, de 52 años, en medio de gritos en castellano de «si se pudo».

Además para Villaraigosa es una victoria moral tras su derrota hace cuatro años en su carrera por la alcaldía de Los Angeles frente a Hahn.

Pese a la fuerte ventaja de Villaraigosa, el éxito se hizo de rogar, ya que su rival se negó a aceptar en principio el fracaso augurado por los resultados. «La noche será larga», anunció Hanh para sorpresa incluso de sus seguidores, que ya comenzaban a abandonar la fiesta del alcalde saliente ante la seguridad de su derrota.

Villaraigosa, que tampoco quiso proclamar su triunfo en su primer discurso, dijo que «los resultados aún no están completos pero parece que esta noche es un momento de celebración», y recordó que su madre, Natalia, le recomendaría que no anunciara la victoria.

«Me diría que declare mi propósito», añadió el candidato antes de hablar de su deseo de «aprovechar la diversidad» de la urbe para mejorar sus problemas. Según los analistas, estas han sido, sin ninguna duda, las elecciones más disputadas y mejor financiadas de la ciudad.

Pese al dinero invertido, de los 1'46 millones de electores tan sólo un tercio acudió a las urnas, cifra provisional hasta que concluya el recuento de votos. Unas de las razones de esta baja participación es la agresividad de una campaña donde los candidatos se intercambiaron duros ataques personales en lugar de ofrecer un claro programa electoral.