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EUROPA PRESS-ROMA
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció ayer en el Senado su intención de dimitir y de formar así un nuevo gobierno de coalición, en respuesta a sus aliados que le pedían un cambio después del varapalo sufrido por la Casa de las Libertades en las recientes elecciones regionales.

«Pretendo aceptar este reto formando un nuevo gobierno que esté en disposición de dar las respuestas que el país espera en este momento», afirmó Berlusconi ante los senadores, en referencia a la derrota sufrida por la coalición de centro-derecha que dirige frente a la oposición de centro-izquierda en los comicios regionales.

Los aliados democristianos de la UDC retiraron la semana pasada a sus tres ministros del Ejecutivo ante la negativa de Berlusconi a presentar la dimisión del gobierno, aunque aseguraron que apoyarían a la mayoría en un posible voto de confianza en Parlamento. A la salida del gobierno de la UDC, se unió ayer la declaración del líder de Alianza Nacional (AN), el vicepresidente del Gobierno Gianfranco Fini, quien afirmó que esperaba el discurso del primer ministro en el Parlamento para saber cómo se movería su grupo, pero que en la mano tenía la carta de dimisión de sus ministros.

En su intervención en el Senado, Berlusconi explicó que aceptaba realizar «este paso formal de las dimisiones del Gobierno» porque las leyes italianas así lo establecían. Por ello, no puedo evitar «declarar la crisis formal», agregó.

Hablando a los senadores, el primer ministro admitió la derrota electoral en los comicios regionales y añadió que el Gobierno atraviesa un «momento de dificultad». «El país ha mandado una señal clara y yo he comprendido esta señal y pretendo dar una respuesta adecuada», comentó.