El fervor popular por Juan Pablo II ha desbordado todas las previsiones y ayer colapsó la Ciudad Eterna. Foto: ÁNGEL DÍAZ/EFE

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EUROPA PRESS/EFE-ROMA
El prefecto de Roma, Achile Serra, confirmó que a las 22.00 de ayer fue prohibido a los peregrinos ponerse en la fila que lleva a la Basílica de San Pedro para rendir homenaje a Juan Pablo II, debido a que se prevén casi 24 horas de espera y el Templo será cerrado a dicha hora para organizar los funerales del Pontífice, previstos para mañana por la mañana. Según las últimas informaciones, son más de un millón de personas las que desde ayer por la mañana se encontraban esperando en fila para poder entrar en la Basílica y el tiempo de espera llega ahora a más de diez horas. Además, durante el día continuó aumentando debido a la masiva afluencia de gente.

Las autoridades italianas desaconsejan a las personas que se pongan en estos momentos en la fila, que serpentea por las calles cercanas al Vaticano por unos cuatro kilómetros. Además, se están viviendo algunos momentos de tensión e impaciencia entre las personas que desde hace ya muchas horas se encuentran en la fila y no consiguen llegar a la Basílica de San Pedro debido a que ya en la misma les es muy difícil poder salir a comer o ir al aseo.

El Ayuntamiento de Roma ha anunciado el corte del tráfico en el centro de Roma desde las dos de la madrugada de mañana hasta las 18.00. También se cerraran todos los colegios y museos. El comité de crisis del Ayuntamiento se reunió ayer ininterrumpidamente para hacer frente a los problemas que puedan surgir a lo largo de los próximos días. Algunos fieles ya han decidido acampar en las zonas de Tor Vergata y del Circo Massimo con tiendas de campaña y sacos de dormir en espera de los funerales del viernes. Una interminable marea humana, que según algunos cálculos podría superar los dos millones de personas, camina incansable hacia el Vaticano para rendir su último homenaje al difunto Papa Juan Pablo II.