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JUAN LARA-CIUDAD DEL VATICANO
El cónclave que elegirá al sucesor de Juan Pablo II abarcará prácticamente todo el Estado Vaticano, ya que se desarrollará en tres espacios diferentes -la Capilla Sixtina, la residencia Santa Marta y las capillas de las celebraciones-, lo que no impedirá que se mantenga el más absoluto secreto sobre la elección del Papa.

El cónclave de 2005, según informó el maestro de Ceremonias Pontificias, el arzobispo Piero Marini, obligará a una clausura menos severa, ya que los cardenales no estarán «encerrados», como ha sido habitual hasta el último cónclave, en las monumentales habitaciones cercanas a la Capilla Sixtina, sino que se alojarán en la confortable Residencia de Santa Marta, construida hace varios años en el interior de El Vaticano.

Hasta ahora, durante los anteriores cónclaves se instalaban habitaciones separadas por mamparas, sin duchas y con las ventanas selladas, lo que era un tormento para los purpurados más ancianos. Los cardenales sólo disponían en sus habitaciones de los clásicos orinales, que a la mañana siguiente sus secretarios vaciaban en los escasos aseos comunes (uno para cada diez).

Santa Marta cuenta con 120 confortables habitaciones y 20 salones, que serán usados para cambiar impresiones. Aunque los cardenales estarán más cómodos, ello no significa que puedan salir o entrar, ya que durante los días del cónclave no podrán recibir comunicación del exterior y estará prohibida la entrada de personas ajenas al cónclave.

Si algún cardenal necesita algo, el sustituto de la Secretaría de Estado, uno de los escasos cargos que no cesan cuando muere un papa, actualmente el arzobispo argentino Leonardo Sandro, se encargará de proveer, a la vez que controlará que todo se desarrolle según la normativa vaticana.

El desarrollo del cónclave está recogido en la Constitución Apostólica, aprobada por Juan Pablo II en 1996. Establece que las operaciones de voto se sigan realizando en la Capilla Sixtina y ha suprimido la elección del nuevo pontífice por aclamación o por compromiso, reiterando que la única forma es el voto secreto.