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FRANCE PRESS-EFE
Por lo menos 22 personas muertas, entre ellas un kamikaze, dejaron en Irak en las últimas 24 horas dos atentados y una serie de hechos violentos, tras la sorpresiva visita del viernes del secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld.

Dirigiéndose a los militares de la base de Mosul (norte), donde un atentado suicida costó la vida el martes a 18 estadounidenses, Rumsfeld dijo que aunque la situación puede parecer «sombría», las fuerzas estadounidenses terminarán venciendo a la guerrilla.

Un coche bomba explotó ayer entre las ciudades santas chíitas de Nayaf y Kerbala, matando a cinco personas, dijo el jefe de la policía de Nayaf, general Ghaleb al-Jazairi. El general acusó a Siria de estar implicada en el atentado en Nayaf el domingo pasado, citando «la confesión» de un sospechoso detenido.

En Bagdad siete cadáveres de los miembros de una misma familia fueron retirados ayer de los escombros de una casa del barrio de Mansur, en el oeste de la capital, donde un camión-cisterna de transporte de gas estalló el viernes.

Una fuente policial dijo que el atentado fue cometido por un kamikaze cuyo cuerpo quedó completamente despedazado por la explosión, que fue de una gran potencia. Los restos de dos vehículos calcinados se observaban a unos 20 metros de la residencia donde funciona la embajada de Libia.

Este atentado tuvo lugar durante la sorpresiva visita que hizo el secretario estadounidense de Defensa Donald Rumsfeld a Irak. El alto funcionario reconoció que Estados Unidos ha tenido «fracasos», pero subrayó que los rebeldes iraquíes serán finalmente derrotados.