Christian Chesnot y Georges Malbrunot llegaron ayer a París.

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EFE-PARIS
Los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, que regresaron ayer a Francia tras pasar cuatro meses secuestrados en Irak, vivieron momentos «a veces muy difíciles», pero no fueron maltratados ni perdieron la esperanza.

«No perdimos la esperanza. Hemos vivido una experiencia difícil, a veces muy difícil. Eramos dos y logramos hacer entender a nuestros secuestradores que no éramos pro-estadounidenses. Jugamos la carta de los periodistas franceses», dijo Malbrunot a los aproximadamente 300 periodistas que fueron a cubrir su regreso a Francia.

Chesnot y Malbrunot fueron liberados anteayer tras pasar 124 días en manos del «Ejército Islámico en Irak». «Felices», con aspecto saludable, aunque más delgados y con el pelo más largo que en las fotos publicadas en la prensa francesa durante su cautiverio, los periodistas fueron acogidos calurosamente por sus familias, por el presidente francés, Jacques Chirac, por su primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, y los titulares de Defensa, Michele Alliot-Marie, y de Cultura, Renaud Donnedieu de Varbres.

Tras asegurar que siempre mantuvieron la esperanza en la «acción de las autoridades francesas» y que trataban de ser «cartesianos», Chesnot y Malbrunot reconocieron que hubo momentos «psicológicamente duros», pero se decían «que cada día que pasa nos acercamos al final».