La reunión, a la que asistieron mediadores de la UE y de Rusia, se prolongó por espacio de tres horas.

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EFE-KIEV
Los dos candidatos a la presidencia de Ucrania, el líder de la oposición ucraniana Víctor Yúschenko, y el primer ministro Víctor Yanukóvich, acordaron ayer renunciar al uso de la fuerza e iniciar negociaciones inmediatas para superar la crisis. Según anunció el presidente actual, Leonid Kuchma, las partes piden al Supremo que examine de forma detenida e imparcial las denuncias de irregularidades cometidas en las presidenciales del pasado domingo.

Kuchma, admitió, de hecho, la posibilidad de anular los resultados de las elecciones del pasado domingo, impugnadas como fraudulentas por la oposición y por centenares de miles de manifestantes. «Nadie y en ningún caso debe sentirse vencido ni vencedor», declaró Kuchma, en alusión al primer ministro Víctor Yanukóvich, a quien los preliminares resultados oficiales dan por vencedor, y al líder de la oposición, Víctor Yúschenko, quien encabeza la revuelta popular. El actual presidente, quien hasta ahora, junto con Rusia, apoyó por todos los medios a Yanukóvich, no ocultó que el principal móvil de semejante acuerdo es el temor por la integridad del país.

Por su parte, el líder opositor Víctor Yúschenko afirmó que su «único objeto de las negociaciones» fue conseguir «la repetición de los comicios» bajo control de la OSCE. «Sin victoria nadie se irá de esta plaza», declaró el dirigente opositor aclamado por decenas de miles de personas que lo apoyan desde hace seis días en el centro de Kiev.

Bajo amenaza de pasar a «acciones activas», Yúschenko concedió a las autoridades «uno o dos días, como máximo» para que acepten la repetición de los comicios y puso una serie de condiciones para su celebración. El primer punto de la declaración leída por Kuchma indica que «las partes renuncian al uso de la fuerza para evitar la escalada del conflicto que podría provocar el derramamiento de sangre».