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EFE-WACO
El presidente de EEUU, George W. Bush, y su esposa Laura abrieron ayer las puertas del que consideran su hogar, su rancho de Texas, a los Reyes de España, para compartir con ellos unas horas de intimidad familiar, en la víspera del Día de Acción de Gracias. Invitados por el matrimonio Bush, Juan Carlos y Sofía acudieron al rancho de Crawford, próximo a la ciudad de Waco, en el estado de Texas, para almorzar juntos. Un encuentro privado lejos del protocolo y la formalidad de la Casa Blanca.

Al rancho conocido como la Casa Blanca del Oeste (The Western White House), la familia Bush sólo invita a sus amigos más próximos y, hasta ahora, a muy pocos dignatarios extranjeros. Es el caso de Vladimir Putin, el primer ministro británico Tony Blair, el ex presidente del Gobierno español José María Aznar, que estuvo en febrero de 2003, o el presidente chino Jiang Zemin.

Tras saludar a los Reyes, el presidente Bush se dirigió brevemente a los periodistas -15 españoles y 15 estadounidenses- que esperaban su llegada y afirmó que «España es un gran país y un país amigo». Inmediatamente se despidió con un «adiós» en español.

Don Juan Carlos y doña Sofía viajaron a bordo de un helicóptero estadounidense que había despegado minutos antes del aeropuerto de Waco, donde quedó aparcado el avión de la Fuerza Aérea Española que les trajo hasta Texas. Al bajar del helicóptero, recibieron el saludo cariñoso de sus anfitriones y del ex-presidente Bush padre, que dio al Rey un afectuoso abrazo. Los cinco, vestidos informalmente, posaron sonrientes para los fotógrafos y cámaras de televisión que registraron el encuentro.