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Israel minimizó la importancia de la oferta que Siria le hizo ayer a través del enviado especial de la ONU, Terje Larsen, para negociar un tratado de paz «sin condiciones». «No tiene nada de nuevo», dijeron escuetamente fuentes diplomáticas israelíes citadas por la prensa local, y en respuesta a las declaraciones de Larsen acerca de que Siria no podrá condiciones para negociar con Israel.

Sin embargo, no aclaró si ello significa que Damasco ha abandonado sus exigencias de reiniciar el diálogo desde el punto en el que fue suspendido hace cuatro años, ya que tradicionalmente Siria ha exigido a Israel un compromiso previo de que se retirará de la meseta del Golán a cambio de la paz.

Larsen hizo esta afirmación tras la reunión que mantuvo ayer en Damasco con el presidente sirio, Bashar Al Asad, y con su ministro de Asuntos Exteriores, Faruk Al Chara. «El presidente Asad me reiteró que tiende la mano a sus colegas israelíes, y que está dispuesto a sentarse ante la mesa sin ninguna condición», afirmó el diplomático de la ONU en conferencia de prensa.

Israel conquistó el Golán en la Guerra de los Seis Días (1967), si bien entre 1994 y 2000 distintos primeros ministros israelíes se mostraron dispuestos a devolvérselo a Siria a cambio de la paz. Existen únicamente diferencias sobre la extensión de la retirada.

Los sirios insisten en que Israel se había comprometido a retirarse hasta la línea de agua en el Mar de Galilea, es decir todo el territorio que Israel le ocupó en 1967. Desde que las negociaciones quedaron interrumpidas hace cuatro años, Siria reiteraba que quería reanudar el diálogo según «lo acordado y no desde el punto cero», algo a lo que Israel se niega con el argumento de que nunca se comprometió a devolver el acceso a Siria a la que es su principal fuente de agua.