Fuentes militares estadounidenses en el frente explicaron que esperan hacerse con el control definitivo de la ciudad en las próximas 72 horas.

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El Gobierno interino iraquí anunció ayer el fin del asalto a la ciudad rebelde de Faluya y la muerte de más de mil de insurgentes, mientras la confusión y la violencia reinan ahora en Mosul, localidad al parecer tomada por grupos rebeldes.

Pese a la declaración, intensos combates se libraban todavía ayer tarde en diversos puntos de la ciudad, especialmente cruentos en los barrios de Al-Shuhada, Al-Yolan, y Sinaai, baluartes de los grupos armados que aún luchan.

«Ahora solo resta derrotar aisladas bolsas de resistencia», dijo a los periodistas el ministro de Estado para Asuntos de Seguridad Nacional, Kazem Daud.

Fuentes militares estadounidenses en el frente explicaron, por su parte, que esperan hacerse con el control definitivo de la ciudad en las próximas 72 horas.

El canal de televisión por satélite qatarí «Al Yazira» asegura que los insurgentes lograron ayer atacar con éxito un campamento militar estadounidense, incendiado en parte después de haber sido alcanzado por varios cohetes.

La información no ha sido confirmada ni desmentida por el mando militar en Bagdad.

El Ejército de EE UU emprendió el asalto a Faluya la madrugada del pasado lunes, tras dos semanas de cerco y bombardeo continuo sobre la urbe.

Un asalto que concluyó ayer con cierto aroma a fracaso, ya que el Gobierno interino admitió que el extremista jordano, Abu Musab al-Zarqaui, considerado la principal amenaza terrorista en Irak, había conseguido burlar el cerco y huir.

Tanto el mando militar como el Ejecutivo de transición aseguraban que el presunto socio de la red Al Qaeda se ocultaba en el bastión rebelde y desde allí dirigía la oleada de violencia que desde hace 18 meses sacude Irak.

Kazen Daud reveló también ayer que durante los casi cinco días de combates han muerto más de un millar de insurgentes, y cerca de 200, muchos de ellos de nacionalidad extranjera, han sido arrestados.

El responsable iraquí no facilitó, sin embargo, información sobre el número de civiles que habrían perecido durante el demoledor embate.

EE UU asegura, por su parte, que es «mínima» la cifra de «bajas colaterales», término con el Ejército norteamericanos denomina a la población civil.