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Los gobiernos y dirigentes mundiales destacan, en general, el papel de conductor de la lucha palestina por la independencia de Yaser Arafat, tras su fallecimiento. El secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, aseguró que «haremos lo que podamos» por ayudar al pueblo palestino en su búsqueda por la paz en el periodo de transición tras la muerte de su líder. Washington cree que su muerte abre una oportunidad para avanzar en el proceso de paz de Oriente Medio.

La muerte de Arafat fue recibida con frialdad en Arabia Saudí y Kuwait, dos países enfrentados al líder palestino en los últimos años. Las autoridades sirias, por su parte, decretaron tres días de duelo nacional y calificaron de «gran catástrofe» el deceso del líder palestino. Argelia y Libia también anunciaron tres días de luto y anularon los actos populares que se habían previsto durante la festividad con la que se pone término al Ramadán. El Gobierno iraní, uno de los que más distancias guardaba con Arafat en la región, describió su muerte como un suceso «triste» y «emocionante».

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, lamentó que Arafat no llegara a ver realizadas sus aspiraciones de un Estado para el pueblo palestino.

El Papa también expresó su pesar por la muerte del líder palestino e hizo votos para que la paz vuelva a brillar en Tierra Santa, «con dos Estados independientes y soberanos que vivan reconciliados».

Entre los países árabes, el Gobierno interino iraquí de Alaui decretó tres días de duelo nacional. Ésta fue la primera reacción oficial de las autoridades iraquíes respecto a la muerte de Arafat, que en sus últimos años fue uno de los principales aliados del derrocado presidente iraquí.

También se sumaron a las muestras de pesar distintos líderes de la UE. El canciller alemán, Gerhard Schröder, lamentó «la gran pérdida» sufrida por el pueblo palestino. La Comisión Europea afirmó por su parte que su prioridad es ahora la celebración de elecciones «creíbles y democráticas «cuando sea posible en Palestina, y para ello mostró su determinación de ayudar en su organización.

El fallecido presidente palestino mereció unánimes elogios de diversas personalidades portuguesas, junto con expresiones de deseo de que la paz en la zona reciba un nuevo impulso.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que la muerte del presidente de la ANP es «una gran pérdida para la dirección palestina, para todos los palestinos». El jefe del Kremlin destacó que con la muerte de Arafat «desaparece una personalidad política de envergadura internacional».

Numerosos dirigentes latinoamericanos destacaron también la lucha de Yaser Arafat por el derecho a la autodeterminación de su pueblo.

La prensa oficial cubana destacó ampliamente la muerte de Arafat y subrayó que el líder palestino estaba considerado como «uno de los más firmes, prestigiosos e inclaudicables luchadores por la causa árabe y símbolo de la resistencia contra el opresivo régimen del Estado sionista de Israel».