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La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció ayer que ha decidido retirar definitivamente a sus equipos de Irak «como consecuencia del riesgo extremo que corren sus trabajadores humanitarios en el país», anunció la organización en un comunicado.

«A estas alturas ya resulta imposible para MSF garantizar la seguridad de su personal, ya sea internacional o iraquí», manifestó el director general de MSF en España, Rafael Vilasanjuan, lamentando «que esta decisión implique no poder seguir asistiendo a la población civil iraquí».

MSF aseguró que «tomar esta decisión ha sido muy difícil puesto que todavía hay necesidades médicas y humanitarias para la población civil», pero añadió que «debido a la creciente espiral de violencia, MSF considera inaceptable exponer a su personal al alto riesgo que conlleva en estos momentos trabajar en Irak en el seno de una organización humanitaria».

La organización denunció ayer que en Irak «las partes en conflicto muestran una y otra vez su falta de respeto hacia la ayuda humanitaria independiente». MSF, como otras ONG de ayuda humanitaria, defiende el principio de la independencia de la ayuda «frente a poderes políticos y militares». La organización «no ha permitido nunca que éstos interfieran en la provisión de asistencia médica y humanitaria a la población civil», subrayó en su nota.

En Irak, al menos cinco personas murieron ayer en los intensos bombardeos nocturnos de las tropas estadounidenses sobre la ciudad iraquí de Faluya, informó un portavoz del hospital local.

Entre las víctimas mortales, que fueron trasladas al hospital general de la ciudad, hay una niña y una mujer, según relató el ayudante médico del centro, Adnan Shishan.

Además, la explosión de dos coches-bomba en el norte y sur de Bagdad segó la vida de tres civiles y dejó heridas a más de una veintena de personas.