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Los combates en la conflictiva provincia de Al Anbar y el secuestro de cuatro extranjeros, entre ellos un estadounidense, en Bagdad marcaron ayer la actualidad en Irak, coincidiendo con el último día de campaña electoral en EE UU.

Por su parte, el Ejército norteamericano volvió a atacar las ciudades rebeldes de Faluya y Ramadi, donde al menos seis iraquíes murieron en los combates librados con tropas estadounidenses.

Un ciudadano estadounidense, un nepalí y «otros dos extranjeros» fueron secuestrados por hombres armados que irrumpieron en las oficias de la compañía saudí para la que trabajan en Bagdad, anunció el portavoz del Ministerio iraquí de Interior, Adnan Abdul Rahman.

Adnan explicó que sobre las 16:30 se desencadenó un tiroteo en el barrio de Al Mutanabi entre un grupo de asaltantes y los guardias de seguridad de la empresa, que consiguieron abatir a uno de los atacantes. Tras el intercambio de disparos, en el que también murió un agente de seguridad, los secuestradores penetraron en las oficinas y se llevaron a los rehenes.

Las tropas norteamericanas están acantonadas desde hace días en los alrededores de Faluya y Ramadi en espera de recibir la orden para lanzar una operación militar con la que pretenden acabar con los insurgentes del «triángulo suní» y recuperar el control.

El primer ministro, Iyad Alaui, volvió a amenazar el domingo con un ataque de envergadura sobre ambas ciudades si los milicianos no deponen las armas. La firme postura de Alaui no coincide con la del presidente provisional iraquí, Ghazi Al Yauar, quien ayer expresó su firme oposición al plan estadounidense.

De otra parte, un grupo de pistoleros asesinó ayer al vicegobernador de Bagdad e hirió a cuatro de sus guardaespaldas. Hatem Karim fue alcanzado por los disparos de los atacantes cuando se desplazaba en su vehículo por la ciudad.