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EFE-DAMASCO/JERUSALÉN
Un alto dirigente de la Organización de la Resistencia Islámica Hamás murió ayer en Damasco al estallar una bomba colocada bajo su vehículo todoterreno después de que Israel acusara a Siria de acoger a «terroristas palestinos». El atentado, que causó heridas a dos ciudadanos sirios, tuvo lugar en el campo de refugiados palestinos de Al Zahra, donde la víctima, Azedín Esheij Jalil, residía desde hace tres años después de haber sido deportado por las autoridades israelíes tras la primera «Intifada», de 1987 a 1993.

EL Gobierno israelí ha aceptado, aunque con pistas e indicios, la autoría del atentado de ayer. El Gobierno israelí no ha confirmado oficialmente que el servicio secreto para el exterior, el Mosad, colocó la bomba bajo el coche de Jalil, aunque sí lo ha hecho con todo tipo de indicios y pistas que no dejan lugar a dudas.

«Preferiría que Jalil hubiera sido capturado y traído a Israel para interrogatorio, a fin de obtener información sobre Hamás, pero debido a que eso era imposible siempre quedaban otras alternativas, y entre ellas la de atacarle en Damasco», manifestó el ministro de Seguridad Interior, Guideón Ezra.

En un tono jocoso y alegre, Ezra agregó: «!En serio, no se quién ha sido, hay otros organismos en el mundo que luchan contra el terrorismo internacional!». «No pienso llorar por él, es un activista de Hamás, pero mejor hablar menos y hacer más», subrayó el ministro Ezra.