El ataque estadounidense causó la muerte de tres niños.

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La ola de violencia prosiguió ayer imparable en Irak y segó la vida de al menos 23 iraquíes en Bagdad y Faluya, pocas horas después de que cuatro marines estadounidenses perdieran la vida en distintos ataques en el oeste del país. Ocho de las víctimas iraquíes fallecieron en un ataque norteamericano contra la ciudad occidental de Faluya, donde al menos otras quince personas resultaron heridas.

Sin embargo, entre los fallecidos hay una mujer y tres niños, y otros 11 están heridos, según constató un corresponsal de la cadena de televisión Al Arabiya, en el Hospital de Faluya.

Las mismas fuentes explicaron que el ataque tuvo lugar durante la madrugada y fue realizado por cazabombarderos, tanques y artillería estadounidense contra tres barrios de Faluya, considerada bastión de los grupos insurgentes.

Según el mando militar norteamericano, los bombardeos tuvieron como objetivo una reunión de seguidores del terrorista jordano Abu Musab al Zarqaui. «No se tuvo conocimiento de que hubiera civiles inocentes en el área en el momento del ataque», añade la nota, que señala que «la Fuerza Multinacional tomó todas las medidas necesarias para minimizar los daños colaterales y evitar víctimas civiles».

Ya por la noche un nuevo ataque de la aviación estadounidense causó la muerte de al menos ocho personas y otras 22 resultaron heridas, según fuentes médicas de Faluya. «Registramos ocho muertos y 22 heridos incluyendo a mujeres y niños», dijo el doctor Ali Hiyad del principal hospital de la ciudad.

El Ejército de EE UU confirmó el bombardeo y señaló que tenía como objetivo un lugar de reunión del grupo Tawhid wal Jihad (Monoteísmo y Yihad), dirigido por el islamista jordano Abu Musab al Zarqaui.